El escritor
cubano-venezolano Ángel Cristóbal García, es autor de este libro que formó parte de una serie de monografías que compilan la vida y obra de destacados
artistas, intelectuales y humanistas venezolanos, y ahora edita de manera independiente
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El escritor Ángel Cristóbal García y el editor Luis Enrique Hernández |
Por Felicia Jiménez. Foto: Julio
Rojas / Especial para Prensa del Sur
(Caracas,
6/2/15).- A dos años de haber sido presentadas por la Fundación Editorial El
Perro y la Rana, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, dos monografías,
una titulada “Oswaldo Vigas”, y la segunda “Alejandro Otero”, la casa
editorial Letras Latinas presentará en la próxima Feria Internacional del Libro de Caracas, el título "Armando Reverón: La pintura es la verdad".
La biografía del genial pintor venezolano fue investigada y redactada por el periodista y escritor venezolano de origen
cubano, Ángel Cristóbal García, quien agradeció a la referida fundación editorial la confianza
depositada en su persona para producir esta serie.
Cristóbal
ha ratificado siempre que su formación profesional como lingüista no le ha
impedido desarrollar conocimientos en el ámbito de las artes plásticas y en
materia de teoría de la investigación, sendos posgrados que le han permitido
llevar a cabo con paciencia esta tarea de investigar y reconstruir la vida y
obra de artistas que, en la mayoría de los casos, sus biografías están
disgregadas en artículos de prensa, catálogos, entrevistas y libros de arte: “El
trabajo del investigador es recopilar toda esa información, como una hormiga,
procesarla y armar el ensayo, también con un aporte generoso de imaginación por
parte del ensayista”, dijo.
Reverón es, sin la menor duda, el más grande de los pintores venezolanos y buena parte de la crítica que se ha ocupado de su obra se propuso explicar por qué ha de considerársele así. Pero además de su obra, su trayecto vital ha despertado una enorme curiosidad y, en consecuencia, está totalmente documentado y auscultado. La personalidad del pintor ha fascinado también a los psiquiatras a partir de los informes del Doctor Báez Finol quien lo trató en el sanatorio cuantas veces sufrió una crisis mental severa.
Interesantísimas
conjeturas han urdido los psiquiatras a partir de la lectura de su universo
simbólico, su vida de ermitaño en El Caney de la playa, sus obsesiones
femeninas y tantas otras noticias que la vida de Reverón brindó como un
banquete abundante. Pero antes del interés de los galenos, ya había
sido presa de las cámaras de los fotógrafos y de los cineastas y, fue desde siempre, amigo de los escritores y, por
supuesto, compañero de viaje de los pintores de su tiempo. Eso sí, todos
convocados en los espacios de su reino. Allí donde el único sacerdote y cacique
era él.
Y es que, Armando
Reverón fue, indudablemente, un personaje inclasificable dentro de los
movimientos artísticos que prevalecieron durante sus años de vida; difícil de
etiquetar, en todo el sentido de la palabra. Fue genio y
figura hasta la sepultura, pero mucho más allá de su destino mortal, ha
trascendido la muerte para continuar asombrando a sus estudiosos.
En esta
monografía de Ángel Cristóbal García, el autor adentra al lector en la vida y obra de este hombre de
barba, en pantalones cortos que, para pintar, se apretaba la cintura con una soga, buscando separar las alturas del espíritu de las bajezas de la
carne. Allí oficiaba aquel artista iluminado que pintó la luz y sombra
caribeñas.