
Repacemos algunos ejemplos históricos:
• San Jerónimo invirtió 22 años (383-405) para terminar su traducción, la Vulgata Latina, que contiene también revisión y recopilación, y la cual hizo por encargo del Obispo Dámaso, de Roma.
• Wycliffe gastó 22 años en su versión, la primera completa de las Sagradas Escrituras en una lengua moderna: el inglés. Este insigne varón y sabio virtuoso fue condenado por su herejía (!); sus restos fueron exhumados cuarenta y cuatro años después de su muerte, quemados y arrojados a un río en Warwickshire, dijeron que para su eterna estigma.
• Casiodoro de Reina, el primer traductor de una Biblia completa al castellano, trabajó durante un período de doce años. Después su compañero Cipriano de Valera reeditó la versión, luego de haberle dedicado veinte años en trabajos de cotejo y revisión.
• Los traductores de la King James tardaron cinco años. Unos 54 sabios, reunidos por comisiones en Cambridge, Oxford y Westminster, por orden de Jacobo I, dieron al mundo de habla inglesa su obra maestra. Constituyó una labor de 270 años-hombre.
• La Sociedad Bíblica de la India publicó la Biblia completa en tibetano, la cual se debió a un grupo de misioneros moravos, que trabajaron sucesivamente durante un período de más de noventa años.
• San Jerónimo invirtió 22 años (383-405) para terminar su traducción, la Vulgata Latina, que contiene también revisión y recopilación, y la cual hizo por encargo del Obispo Dámaso, de Roma.
• Wycliffe gastó 22 años en su versión, la primera completa de las Sagradas Escrituras en una lengua moderna: el inglés. Este insigne varón y sabio virtuoso fue condenado por su herejía (!); sus restos fueron exhumados cuarenta y cuatro años después de su muerte, quemados y arrojados a un río en Warwickshire, dijeron que para su eterna estigma.
• Casiodoro de Reina, el primer traductor de una Biblia completa al castellano, trabajó durante un período de doce años. Después su compañero Cipriano de Valera reeditó la versión, luego de haberle dedicado veinte años en trabajos de cotejo y revisión.
• Los traductores de la King James tardaron cinco años. Unos 54 sabios, reunidos por comisiones en Cambridge, Oxford y Westminster, por orden de Jacobo I, dieron al mundo de habla inglesa su obra maestra. Constituyó una labor de 270 años-hombre.
• La Sociedad Bíblica de la India publicó la Biblia completa en tibetano, la cual se debió a un grupo de misioneros moravos, que trabajaron sucesivamente durante un período de más de noventa años.
La Biblia más antigua en castellano
El proceso de traducciones de los textos bíblicos a lenguas hispánicas se produce hacia el siglo XIII. Los restos más antiguos existentes de una traducción completa de una Biblia al castellano son los de la llamada Biblia Prealfonsina, que se conservan en la biblioteca de El Escorial, en España.
El proceso de traducciones de los textos bíblicos a lenguas hispánicas se produce hacia el siglo XIII. Los restos más antiguos existentes de una traducción completa de una Biblia al castellano son los de la llamada Biblia Prealfonsina, que se conservan en la biblioteca de El Escorial, en España.
También del siglo XIII, la Biblia Alfonsina (nombre en alusión a su
patrocinador, el rey de Castilla y León Alfonso X el Sabio) es una traducción de
toda la Vulgata latina al castellano. La Biblia Alfonsina vio la luz en el 1280
y es parte de la Gran e general Estoria. Consiste en una especie de paráfrasis
resumida de la Biblia desde el Génesis hasta el Nuevo Testamento, y viene a ser
la primera traducción al castellano del texto bíblico ampliamente
reconocida.
La primera Biblia completa que apareció en castellano fue la versión de
Casiodoro de Reina, impresa en Basilea en el año 1569. Casiodoro de Reina nació
en Sevilla, España, y estudió en un monasterio. Empleó doce años en su trabajo
de traducción, terminando todo el Antiguo Testamento en 1567.
En Basilea, Reina traduce el Nuevo Testamento, e imprime la Biblia entera en
1569; se trata de la primera traducción de la Biblia al castellano a partir del
hebreo y del griego. La financiación de esta Biblia fue posible, además de al
propio esfuerzo y dinero de Reina, gracias al legado que le dejara para este fin
Juan Pérez de Pineda, traductor de un Nuevo Testamento unos años antes, y a la
ayuda de amigos en Francfort.
La tirada inicial de la llamada Biblia del Oso fue de 2,603 ejemplares, pero
solo una parte de esa edición fue encuadernada con la portada en la que aparece
un oso erguido, lamiendo con deleite el panal que cuelga de un árbol. Parece que
los inquisidores encargados de confiscar la Biblia hallaban fácil su tarea
debido al dibujo, por lo que el resto de la edición fue encuadernada con otra
portada.
La Inquisición quemó a Casiodoro de Reina en efigie, en un auto de fe
celebrado en Sevilla en 1562, y sus escritos fueron puestos en el Índice de
Libros Prohibidos. Pero todo fue inútil, la Biblia del Oso continuó circulando y
dando su miel. Casiodoro murió en 1594, en Francfort, donde se desempeñaba como
pastor de una iglesia luterana.
Biblias raras y famosas
Poseer un ejemplar de una Biblia antigua, rara o famosa constituye un auténtico tesoro para museos y coleccionistas. Hay algunas ediciones de Biblias, como la que imprimió Johannes Gutenberg en 1460, cuyos tomos hoy en día tienen un precio incalculable.
Poseer un ejemplar de una Biblia antigua, rara o famosa constituye un auténtico tesoro para museos y coleccionistas. Hay algunas ediciones de Biblias, como la que imprimió Johannes Gutenberg en 1460, cuyos tomos hoy en día tienen un precio incalculable.
La más famosa tienda de subasta por Internet de los Estados Unidos ofrece más
de 10 mil ítems de Biblias para vender al mejor postor. De entre ellas se
destacan varias cuya puja empieza en miles de dólares, por ser ejemplares únicos
de primeras ediciones muy antiguas.
Pero no hay allí un incunable de la Biblia de Gutenberg. La Biblia de
Gutenberg, conocida también como la Biblia de Mazarino (porque una copia se
descubrió en 1760 entre los libros del político francés Giulio Mazarino) o la
Biblia de 42 renglones, del impresor alemán Johannes Gutenberg, es una edición
impresa en Maguncia, Alemania, entre los años 1455 y 1460.
Se estima que Gutenberg (conocido por sus contribuciones a la tecnología de
la impresión) logró por primera vez imprimir, ilustrar y encuadernar 180 Biblias
de 1,282 páginas cada una, a dos columnas de 42 renglones.
Hoy en día se piensa que existen sólo 60 Biblias de Gutenberg, 12 en
pergamino y 48 en papel. Alemania posee 15 Biblias de Gutenberg, guardadas en su
mayoría con mucho celo en bibliotecas de instituciones universitarias. La mejor
de las copias existentes fue adquirida por la Biblioteca del Congreso de
Washington en 1930. Parece ser que sólo quedan otras dos copias en excelentes
condiciones, una en la Biblioteca Nacional de París y otra en la Biblioteca
Británica de Londres.
Pero se trata, que quede claro, de una pasión por la Biblia como objeto de arte, como curiosidad bibliográfica que presta su atención al continente y no al contenido.
Pero se trata, que quede claro, de una pasión por la Biblia como objeto de arte, como curiosidad bibliográfica que presta su atención al continente y no al contenido.
La Biblia en miniatura
Se dice que la Biblia es el libro por excelencia, “el Libro de los libros”, no solo porque es una colección o una serie de extraordinarios libros, sino también porque sus enseñanzas se elevan sobre todas las demás que se hayan escrito.
Se dice que la Biblia es el libro por excelencia, “el Libro de los libros”, no solo porque es una colección o una serie de extraordinarios libros, sino también porque sus enseñanzas se elevan sobre todas las demás que se hayan escrito.
La Biblia se divide en dos grandes partes: Antiguo y Nuevo Testamento. En el
tiempo, el primero abarca desde la fundación del mundo hasta la antesala de la
llegada de Jesucristo. El segundo va desde el nacimiento de Jesús hasta los
tiempos apostólicos. Y esto se sostiene como suficiente para servir de
referencia a todo lo posterior que ha ocurrido en la historia.
La mayoría de las primeras copias del Antiguo Testamento fueron escritas en
hebreo, y el Nuevo Testamento en arameo y en griego. Cada libro de la Biblia se
presenta dividido en capítulos, y estos en versículos. Toda la Biblia contiene
1,189 capítulos, subdivididos en 31,110 versículos.
La Biblia fue dividida en capítulos en el siglo XIII (entre los años 1234 y
1242), por el teólogo Stephen Langhton, entonces Obispo de Canterbury, en
Inglaterra, y profesor de la Universidad de París.
La división del Antiguo Testamento en versículos fue establecida por
estudiosos judíos de las Escrituras, llamados masoretas. Con hábitos monásticos
y ascéticos, los masoretas dedicaban sus vidas a la recitación y la copia de las
Escrituras, así como a la formulación de la gramática hebraica y las técnicas
didácticas de la enseñanza del texto bíblico. Fueron ellos los primeros que
–entre los siglos IX y X– dividieron el texto hebraico (del Antiguo Testamento)
en versículos. Influenciado por el trabajo de los masoretas en el Antiguo
Testamento, un impresor francés llamado Robert d’Etiénne dividió el Nuevo
Testamento en versículos en el año 1551. D ‘Etiénne vivía entonces en Génova,
Italia.
Hasta buena parte del siglo XVI, las Biblias eran publicadas solamente con
divisiones en capítulos. Sucedió así, por ejemplo, con la Biblia que Lutero
tradujo al alemán, alrededor del 1530. La primera Biblia que incluyó totalmente
la división de capítulos y versículos fue la llamada Biblia de Ginebra,
publicada en 1560, en Suiza. Los editores de la Biblia de Ginebra optaron por
los capítulos y versículos reparando en la gran utilidad que tenían para la
memorización, localización y comparación de pasajes bíblicos.
El Antiguo Testamento consta de 39 libros, escritos por diferentes autores en
su mayoría de identidad desconocida. Generalmente estos libros se dividen en
históricos, poéticos y proféticos.